1. Estrés
Los eventos estresantes de la vida pueden aumentar el riesgo de caída del cabello. Durante estos momentos, puede ocurrir una caída repentina o rápida del cabello. Para combatir el estrés, intenta incorporar técnicas de relajación en tu vida diaria, como yoga, meditación o pasar tiempo con amigos y familiares.
2. Deficiencias Nutricionales
La alimentación juega un papel importante en la salud del cabello. La caída del cabello puede ser un indicador de que no estás obteniendo suficientes nutrientes esenciales. Es importante hablar con un médico para obtener una evaluación personalizada de qué nutrientes pueden faltarte.
- Hierro: La deficiencia de hierro es una causa común de caída del cabello, especialmente en mujeres en edad fértil debido a la pérdida de hierro durante la menstruación. Las personas que siguen una dieta basada en productos de origen vegetal también corren un mayor riesgo de tener niveles bajos de hierro. Tomar un suplemento de hierro puede ayudar a obtener la ingesta diaria recomendada.
- Zinc: No consumir suficiente zinc también puede causar la caída del cabello. Los vegetarianos pueden correr un mayor riesgo de deficiencia de zinc debido a la menor biodisponibilidad del zinc en las verduras en comparación con la carne. Afortunadamente, este problema se puede revertir fácilmente agregando suficiente zinc a la dieta.
3. Cambios Hormonales
Las hormonas controlan el ciclo de crecimiento del cabello, por lo que los cambios hormonales (como la menopausia o el parto) pueden desencadenar la caída del cabello.
- Menopausia: Durante la menopausia, la disminución de los niveles de estrógeno puede provocar la caída.
- Pérdida de Cabello Posparto: Muchas madres primerizas experimentan temporalmente una caída excesiva del cabello después del embarazo, debido a los cambios hormonales. La caída del cabello posparto suele alcanzar su punto máximo unos cuatro meses después del parto, y la mayoría de las mujeres recuperan el crecimiento normal del cabello al año.